Comprar un coche de segunda mano puede ser una excelente oportunidad para ahorrar, pero también puede convertirse en una pesadilla si no se revisan ciertos aspectos clave. Desde el estado mecánico hasta la documentación legal, todo cuenta. En este artículo te explicamos, paso a paso, las 10 cosas que no debes pasar por alto antes de cerrar la compra de un vehículo usado.
1. Comprobar el historial del vehículo
Antes de cualquier cosa, pide un informe oficial de la Dirección General de Tráfico (DGT). Este documento te permitirá saber si el coche está libre de cargas, embargos, precintos o cualquier otra incidencia legal. También te dirá si ha sido dado de baja, si tiene limitaciones de disposición (como una reserva de dominio) o incluso si ha sido declarado siniestro total.
Además, puedes ver cuántos propietarios ha tenido, lo que te dará una pista sobre el uso que ha recibido. Un historial limpio es el primer paso para una compra segura.
2. Revisar el kilometraje (y desconfiar de cifras demasiado buenas)
El número de kilómetros recorridos influye directamente en el precio del coche. Sin embargo, no es raro encontrar vehículos con el cuentakilómetros manipulado. Por eso, no te fíes solo de lo que marca el tablero: contrasta con el libro de mantenimiento, con facturas de talleres o con informes de revisiones técnicas.
También puedes fijarte en detalles del interior: si el volante, los pedales o los asientos están muy desgastados y los kilómetros son bajos, algo no cuadra. Un bajo kilometraje debe ir acompañado de pruebas que lo respalden.
3. Inspeccionar el estado general del vehículo
Haz una revisión visual completa. Fíjate si hay golpes, diferencias de color en la pintura, óxidos en las zonas bajas, cristales rayados o luces deterioradas. No es solo una cuestión estética: podría indicar reparaciones mal hechas o accidentes ocultos.
En el interior, comprueba que todo funciona: elevalunas, aire acondicionado, cierre centralizado, pantalla multimedia, etc. Cualquier fallo es un motivo para renegociar el precio o directamente descartar la compra. Un coche cuidado por fuera y por dentro suele reflejar un buen mantenimiento.
4. Examinar el motor y su comportamiento en frío
El motor es el corazón del coche. Abre el capó, revisa si hay pérdidas de aceite, ruidos metálicos o cables improvisados. Arráncalo con el motor frío: si le cuesta arrancar, echa humo blanco, azul o negro, o vibra en exceso, son señales de alerta.
También revisa el estado del aceite (nivel, color, viscosidad), del refrigerante y del líquido de frenos. Un coche que no se comporta bien en frío puede esconder problemas mecánicos importantes.
5. Probar el coche en carretera (sí o sí)
Ninguna compra debe hacerse sin una prueba de conducción real. No basta con arrancarlo en el garaje: sal a carretera, acelera, frena, gira, cambia de marcha.
Presta atención a ruidos en la suspensión, vibraciones en la dirección, dificultad para engranar marchas o si el embrague patina. Un coche puede parecer perfecto en reposo, pero revelar fallos en movimiento. Una prueba de conducción puede ahorrarte miles de euros en reparaciones.
6. Verificar la documentación del coche
Solicita la ficha técnica, el permiso de circulación, el informe de ITV, el justificante del último impuesto de circulación (IVTM) y si es posible, facturas de mantenimiento. Todo debe estar en regla y coincidir con los datos del vendedor.
Además, asegúrate de que el número de bastidor grabado en el chasis coincide con el de la documentación. Cualquier incoherencia puede suponer un problema legal en el futuro. Comprar sin revisar la documentación es comprar a ciegas.
7. Verificar si el vehículo tiene cargas registrales: reserva de dominio o embargo
Uno de los errores más comunes al comprar un coche de segunda mano es pensar que, con pagar y firmar, todo está hecho. Pero si el coche tiene una carga registral, no podrás ponerlo a tu nombre hasta que se solucione.
Las dos más frecuentes son:
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La reserva de dominio, que aparece cuando el coche fue financiado y aún no se ha cancelado oficialmente el contrato con la financiera. En este caso, no se puede hacer la transferencia, aunque el crédito esté ya pagado. Hay que tramitar antes la cancelación registral.
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El embargo judicial o administrativo, que puede derivar de deudas del actual propietario. En este caso, tampoco se puede inscribir el cambio de titularidad hasta que se resuelva o se obtenga autorización del organismo competente.
Por tanto, es clave solicitar un informe de Tráfico actualizado o dejar este paso en manos de una gestoría profesional. Así te aseguras de que el coche está libre y se puede transferir sin problemas.
8. Evaluar el precio real de mercado
Un coche muy barato puede ser una ganga, o una trampa. Antes de lanzarte a comprar, comprara el precio con otros anuncios del mismo modelo, año y características, en portales fiables. Si es demasiado barato, probablemente hay algo que el vendedor no te está contando. Desconfía de los "chollos".
9. Conocer al vendedor (y su nivel de transparencia)
¿Es un particular o un compraventa? ¿Te genera confianza? ¿Responde con claridad a tus preguntas o evita ciertos temas? Un vendedor que se muestra evasivo, con prisas o que no quiere que pruebes el coche, debería hacerte sospechar.
Además, si el trato se hace entre particulares, asegúrate de que quien firma la venta es el titular legal del coche. Una buena relación con el vendedor también forma parte de una compra segura.
10. Asegurarte de que la transferencia se hace bien
Este paso es más importante de lo que muchos creen. Una transferencia mal hecha puede dejar el coche aún a nombre del anterior propietario.
Además, es esencial presentar los papeles en plazo, pagar correctamente los impuestos, y entregar la documentación completa en Tráfico. Por eso, cada vez más compradores recurren a una gestoría de confianza que se encargue de todo. Una transferencia bien hecha es tu garantía legal como nuevo propietario.
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Maribel Muñoz Villas – Directora Desarrollo de Negocio