Convertir tu vivienda en un alojamiento turístico puede ser una excelente fuente de ingresos, especialmente en ciudades y zonas costeras con alta demanda. Pero para alquilar legalmente, es imprescindible contar con la licencia de vivienda turística. No hacerlo puede suponer multas de hasta 60.000 euros, dependiendo de la comunidad autónoma.
